ISBN
Formato digital
978-84-10215-89-4
Fecha de publicación
14-11-2024
Licencia
D. R. © copyright 2024; José Antonio García Macías, Isaac de Jesús Palazuelos Rojo y Diego Alfredo Pérez Rivas.
José Antonio García Macías
Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada
0000-0002-4101-5933
Isaac de Jesús Palazuelos Rojo
Universidad Autónoma de Baja California
0000-0001-8150-9201
Diego Alfredo Pérez Rivas
Universidad Autónoma de Baja California
0000-0001-5666-0153
Acerca de
Desde los albores de la inteligencia artificial, los retos a los que se han enfrentado sus estudiosos y desarrolladores han sido numerosos. En primer lugar, intentar superar o burlar algunas de las paradojas como la señalada por Hofstadter al inicio de esta introducción. En segundo lugar, los obstáculos técnicos asociados al desarrollo mismo de un lenguaje sobre el cual poder hablar de inteligencia mecánica y, sobre todo, poder desarrollarla a través de instrucciones. En tercer lugar, el desarrollo de la inteligencia artificial ha estado íntimamente ligado al desarrollo tecnológico del soporte físico, el cual ha sido ampliamente expandido con el desarrollo del procesamiento paralelo masivo y unidades de procesamiento especializadas tales como GPU, TPU y LPU. Actualmente, la inteligencia artificial parece enfrentarse a un nuevo reto proveniente de los “entusiastas”, los cuales pueden sentarse de uno u otro lado de la tribuna popular, ya sea el optimismo o el pesimismo tecnológico.
Parece evidente que en los nuevos fenómenos sociales vinculados a la tecnología, al igual que sucede en otros fenómenos que acontecen en la intersección entre las ciencias computacionales y de la información y las ciencias sociales, existe una notable bifurcación emocional. Se podría decir que dicha bifurcación parece estar destinada, de hecho, a representar formas ideológicas antagónicas que, por un lado, emergen desde la valoración pesimista de las aportaciones tecnológicas a nuestro modus vivendi, hasta el culto y la sacralización de lo tecnológico como factores que concluyen el círculo de la humanización de nuestra cultura. Por otra parte, se apunta la necesidad de incrementar el cuidado y la regulación de los usos sociales de la tecnología, hasta relativizar negativamente cualquier transformación a nivel histórico y ambiental, la cual puede ser producida en relación directa con las implementaciones tecnológicas en la vida social. Hablamos, naturalmente, de las corrientes tecnofílicas y las corrientes tecnofóbicas.
Si bien es cierto, el discurso en torno a estas formas radicales de visualizar la innovación tecnológica obedece a un tipo de argumentación muy superficial. Lo cierto es que cuanto más avanza el desarrollo tecnológico y se incrementan sus aplicaciones sociales, los grupos sociales parecen congregarse en torno a mezclas más o menos coherentes de estos dos componentes. Dichas tendencias se transforman mediante distintos procesos de adaptación que nos advierten que ambas formas son posibles, además de que sus alcances pueden llegar a ser casi surrealistas. Algunos de esos desenlaces parecen emanar de la ciencia ficción, planteando algunas veces futuros utópicos y otras tantas distópicos.